viernes, 28 de octubre de 2011



De alguna manera, en lo más profundo de cada uno de nosotros habita un pobre actor que se pasa toda la vida representando el mismo papel. Un papel limitado por las condiciones que nos imponen el trabajo, la familia, las convenciones sociales, la tradición y nuestras implacables conciencias. Para poder desempeñarlo con maestría, estamos obligados a vivir con la máscara puesta y a reprimir constantemente nuestros verdaderos deseos. Nuestro público, del que formamos parte (en el interior de cada persona cohabitan el actor y el espectador) junto a nuestros seres más cercanos, es una audiencia cruel, dispuesta a saltar contra cualquier reacción inesperada.

"LADRONES JUBILADOS - HAMDI ABU GOLAYYEL"

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