Presiones, humillaciones, difamaciones, chantajes... Unos lo llaman acoso psicológico; otros crueldad mental o maltrato emocional.
LOS PERFILES:
- EL ACOSADOR:
A simple vista, agradable, sibilino, silencioso.
Luego, condescendiente, aire de superioridad, implacable.
Su táctica: aislar, descalificar, negar la comunicación, vejar.
Incapaz de arrepentimiento, ni de empatía.
Su talento: golpear donde más duele y hacerse pasar por víctima de la incompetencia de los demás. - LA VÍCTIMA:
A simple vista, competente, concienzuda, afable, complaciente, expresiva.
Luego, vulnerable, ingenua, le cuesta creer que es acosada.
Su táctica: volcarse más en su entrega, atemorizarse, no defenderse.
Tendencia a culpabilizarse.
Su debilidad: grandes deseos de aprobación por parte de los demás e inseguridad.
CÓMO DEFENDERTE DEL ACOSO
* Tus reglas de conducta:
- Intenta entablar diálogo: Si el acosador se niega de forma manifiesta o camuflada, más vale dejar las cosas como están. Excesiva amabilidad es una provocación irresistible para él.
- Evita el conflicto abierto: Le estimula. El acosador utiliza todos los recursos para mantener su poder sobre ti, influenciándote o sometiéndote. No toleres las situaciones donde, siempre "por tu bien", intenta decirte cómo hacer las cosas y tomar deciones en tu lugar.
- Confirma siempre tu posición.
- Reduce los intercambios: Así no darás opción a que use la demagogia, el abuso de poder, la agresión verbal o la manipulación de hechos e intenciones.
- Marca las distancias: Si no tienes más remedio que tratar con el maltratador, es responsabilidad tuya fijar el marco y la distancia en el que se va a desenvolver ese trato
- Busca aliados: Es de vital importancia que te apoyes en los demás para escapar del terrorismo psicológico. "Hablar es actuar", vienen a decir las campañas de prevención de los malos tratos. Esta idea también es válida para ti: confiarte a tus amigos y allegados es frenar el proceso de culpabilidad y confusión en el que te ha colocado tu perseguidor.
- Aclara la situación: Señala a tu agresor con nombre y apellido y expresa lo que te hace sufrir. Por supuesto que corres el riesgo de que algún confidente te niegue la razón ("Exageras. No es más que un incidente; le conoces mal"). Practica con él también la autoafirmación: "Entiendo que no veas las cosas igual, pero yo las conozco porque las he sufrido".
- Consulta a los expertos: Asesórate en instancias objetivas: dirección de personal, comités de empresa, sindicatos, médicos laborales, asociaciones, abogados... El concepto de acoso psicológico ya está reconocido y penalizado por las leyes.
- Reúne pruebas
- Recurre a un terapeuta si es necesario: Para superar del todo la violencia psicológica no basta con haber escapado a la situación: es necesario reconocerse como víctima y haber hecho castigar al agresor.
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