domingo, 31 de enero de 2010


6 CONSEJOS PARA RESTAURAR TUS VALORES Y SER TU MEJOR APOYO



  1. EXPLORA CÓMO ERES:
    Tienes serias dificultades para "enfocarte". Debes ocuparte de los fracasos actuales: qué es lo que va mal y resolverlo. Si cometes excesos: ese "de más" es la señal de un malestar, y tienes que afrontarlo. Si tus pasos te llevan una y otra vez al lugar del tropiezo, ya es hora de que te detengas, analices la piedra y los encamines. Sólo conociéndonos sabremos a qué tenemos que enfrentarnos.

  2. VALÓRATE MÁS:
    No aprecias lo que deberías apreciar. Tendrás que quererte hoy en tus cirunsctancias actuales. Una técnica sencilla es enumerar las cosas de tu vida por las que sí estás agradecido, esas que echarías mucho de menos si te faltaran. Valóralas en lo que te sostienen y, firmemente asentado en el presente, proyéctate un futuro a la medida de tu inmensa valía. Verdaderamente, "no hay otro como tú". Y, como eres único, sólo de ti depende que los demás no te perdamos.
    Nosotros contamos contigo, ¿y tú?

  3. PON DE TU PARTE:
    Espabílate, hay un mundo fuera de la tripa de tu madre. Haz que los placeres que te procuras sean dignos de ti y no tú digno de ellos. Debes descubrir el valor (una alegría tremenda) del esfuerzo. La voluntad es un músculo que se ejercita como los otros, sólo "Levántate y anda". Que tu voluntad sea más fuerte que todos tus miedos, sólo depende de ti. Álvaro de Campos escribió en un verso: "Poner la voluntad en carambola díficil" y de eso se trata: de imaginar los trayectos más bellos para la bola de nuestra vida y con el taco de la voluntad golpearla preciso, una y otra vez, hasta el hoyo deseado. Voluntad viene del verbo latino velle que significa querer. Y, para ponerla en juego, sólo hace falta eso: querer.

  4. CONFÍA EN TI:
    Lo primero que debes decirte es "tú puedes". Así de simple, lo sepas o no, es una facultad que posees: puedes tomar las cosas por el lado adecuado. Es posible crear una vida feliz a pesar de los pesares, pues tienes la libertad de elegir tu destino.

  5. COMPRENDE A LOS DEMÁS:
    Si tu desvinculación con los demás es muy grande, seguro que desconoces no sólo la práctica, sino el concepto de empatía. Vivimos en un mundo con otras personas y de ellas pueden venirnos felicidades como el amor, la amistad, la alegría de un abrazo o el consuelo. Reconocer a los demás se llama "simpatía". Comprenderlos es "empatía". Para trabajar la empatía, se puede empezar con un ejercicio fácil pero contundente: por las noches, al acostarnos, antes de relajarnos para entrar en el sueño, hay que hacer un repaso de las relaciones del día, poniéndonos en el lugar de todos los que tuvieron que ver con nosotros y pensar cómo se sintieron con lo que les dijimos o hicimos (o con lo que no dijimos ni hicimos cuando deberíamos haberlo dicho o hecho). Vernos desde la óptica de los otros no sólo mejora nuestro autoconocimiento, sino que nos permite actuar más noblemente. La empatía es la facultad por la que nos vinculamos con los otros para, finalmente, poder sentirnos "entre todos, uno más".

  6. SÉ POSITIVO:
    Es decir, la capacidad de mirar la vida con "buen ver", sin ojeriza. Lo que más te urge es un cambio de actitud. Rumiar es volver a degustar una y otra vez lo mismo, sólo que cada vez un poco más ácido porque se va mezclando con los jugos del estómago. Hacer de la larga y maravillosa vida que nos han dado sólo una expresión de nuestra muerte, es ponerse fuera de juego. Ser aptos para la felicidad empieza en un acto: el de honrar la vida. La hermosa balada de Eladia Blázquez lo dice claramente: "Merecer la vida es erguirse vertical, más allá del mal, de las caídas".

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